Varios meses en Paris lo llevan a descubrir que allí no está su
búsqueda. Está en la “cuna del arte” occidental, y no se siente para nada
conmovido.
Luego de unos meses decide volver habiendo comprendido que su
motivación artística estaba en su tierra, que debía arañarla y buscar en sus
raíces. Es entonces que comienza con su amigo el fotógrafo Tito Vallacco a
tramar un nuevo viaje al noroeste argentino, Perú y Bolivia. Quieren conectarse
con los orígenes del continente en la América profunda.
En ese camino algo lo hace vibrar mil veces más que el Louvre: una
extraña y mágica luz sobre el lago Titicaca. Esa atmósfera y ese silencio
sideral lo hacen encontrar su verbo, el que guiará toda su obra.
Esta realidad lo subyuga y lo motiva por completo y
para siempre.
Tito Vallacco es el autor de las fotos tomadas en
aquel mítico viaje.
Idolo
ResponderEliminarEs conmocionante encontrarse, confieso mi ignorancia, con la fuerza de estos artistas. La colonizacion cultural es como un gas que nos va envenenando sin que nos demos cuenta. Hizo falta un gobierno Nacional y Popular y un atropello pseudojudicial para que muchos argentinos hoy nos acerquemos a esta muestra de Arte que la Omigarquia ha pretendido desprestigiar y ningunear. Muchad gracias a los autores y a Cristina.
ResponderEliminarMi nombre es Victor Richini, y con algunos errores de tipeo inadvertidos publique como victorichini@gmail.com
ResponderEliminarNo se porque aparezco como unknown. Soy Victor Richini. DNI 8259946
ResponderEliminarVi algunas obras en el Hotel Alvear Art., fueron magneticas para mi. No lo conocia, y aca estoy leyendo un poco de su biografia. Hermoso como lo describen.
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